Las nuevas disposiciones fiscales sobre emisiones de CO₂ están transformando la forma en que las flotas de transporte de carga deben operar. Hoy, cada litro de diésel, cada kilómetro recorrido y cada dato emitido por tus motores cuenta como evidencia fiscal. El impuesto estatal al carbono ya es una realidad en más de 10 estados del país, y exige a las empresas medir, reportar y demostrar el impacto ambiental de su operación.
Descubre cómo transformar tus emisiones en decisiones inteligentes, proteger tu negocio y cumplir con la ley sin frenar tu operación.
¡Comienza a cumplir con inteligencia!
Desde enero de 2025, varios estados de México comenzaron a aplicar un impuesto que muchos aún no entienden del todo… pero que ya tiene consecuencias reales para las empresas de transporte.
Se trata del impuesto estatal al carbono, un decreto publicado el 27 de diciembre de 2024, y vigente desde el 1 de enero de 2025, consiste en una medida estatal que cobra por las emisiones de CO₂ que generan motores que queman combustibles fósiles —como los de tus tractocamiones, generadores o unidades internas.
Y aquí viene lo importante:
No se paga por comprar el diésel, sino por lo que emites al usarlo.
Esto lo vuelve más complejo… y también más peligroso si no lo estás controlando.
¿En dónde ya está activo este impuesto?
Hasta ahora, 11 estados ya lo cobran, y al menos uno más está en proceso de aplicarlo:
Algunos estados, como Querétaro, cobran hasta $580 pesos por tonelada de CO₂ emitida. Otros, como Edomex o Guanajuato, manejan tarifas de alrededor de $43–45 pesos por tonelada. Y si no reportas nada, la sanción puede ser de hasta $2.1 millones de pesos.
Las emisiones de CO₂ ya no son solo un tema ambiental: Son una obligación fiscal, y en muchos casos, una amenaza silenciosa para la operación de las flotas.
No medir, ni reportar las emisiones no te exenta del impuesto. Al contrario, puede ponerte en una situación mucho más crítica:
En resumen: no medir tu CO₂ puede frenar tu operación, aumentar tus costos y sacarte del mercado.
Frente a este escenario, la única respuesta realista no es la evasión, sino el control.
Controlar lo que emites. Medirlo. Simularlo. Optimizarlo. Eso es exactamente lo que hacemos en Tecnomotum.
Ayudamos a las empresas de transporte a convertir sus emisiones en decisiones inteligentes, antes de que se conviertan en problemas.
| ✅ Aviso inmediato a flotas que circulan por entidades con impuestos al carbono. → Saber si estás en zona de riesgo fiscal antes de que lleguen las sanciones. |
✅ Reportes personalizados de huella de carbono. → Emisiones calculadas por unidad, operador y ruta, con parámetros oficiales. |
| ✅ Benchmarking de eficiencia entre unidades y operadores. → Descubre quién consume más, quién emite más y quién puede mejorar. |
✅ Simuladores de ahorro en consumo y emisiones. → Visualiza escenarios "antes y después" con datos reales. |
| ✅ Alertas inteligentes por sobreconsumo o ralentí. → Identifica comportamientos que están generando pérdidas silenciosas. |
✅ Certificados ambientales. → Mejora tu imagen empresarial, participa en licitaciones y demuestra cumplimiento ESG. |
| ✅ Acompañamiento en transición a combustibles limpios. → Te ayudamos a planear y ejecutar cambios sin detener tu operación. |
✅ Medición y monetización de reducciones de CO₂. → Puedes registrar, documentar y eventualmente vender o certificar tus reducciones. |
| ✅ Capacitación a operadores basada en datos. → Cambia hábitos de conducción con evidencia, no con intuición. |
✅ Modelo de costos por tonelada de CO₂. → Para que sepas cuánto te cuesta no actuar… y cuánto puedes ahorrar si lo haces. |
Cumplir con la ley es necesario. Pero quedarse en el mínimo legal te deja expuesto.
La diferencia entre una empresa que sobrevive a las nuevas reglas del carbono y una que se vuelve líder está en cómo usa sus datos:
Cuando integras las soluciones de Tecnomotum a tu operación, pasas de la reacción a la prevención.
Del cumplimiento básico al control estratégico.
De los gastos inevitables a los ahorros medibles y constantes.
El problema no es el impuesto. El problema es no saber cuánto estás emitiendo ni cuánto te está costando.
Las empresas que hoy están midiendo su huella de carbono no solo evitan multas:
Están ahorrando en combustible, mejorando su imagen y operando con más eficiencia.